Hace unos años, cuando alguien pretendía desmantelar EL PAÍS, que tan dignamente fundó José Ortega Spottorno, presidente de honor de EL PAÍS, yo salí en defensa de la labor realizada por cuantas personas le dieron luz y lo dignificaron. Ahora sólo me cabe recordar, con la profunda tristeza que me da ver las noticias de los fallecimientos de personas inteligentes, laicas y partidarias del progreso, que siempre vale la pena esgrimir el orgullo de considerarnos simple y grandemente humanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de febrero de 2002