Es inevitable dejar de escribir una nota cuando las circunstancias así lo deciden, tras la lamentable noticia que en esta oportunidad recaen sobre un medio de comunicación escrito tan excelente como EL PAÍS...
La pérdida de su fundador, José Ortega Spottorno, deja, sin duda, no sólo el dolor de su partida, también un ejemplo para muchos periodistas jóvenes como yo y de otros lugares del mundo que encuentran en su persona un ejemplo de espirítu y vocación, en lo que representa al periodismo moderno y pluralista.
Porque no importan las latitudes ni la lejanía geográfica cuando se trata de leer un periódico que ofrece opiniones objetivas y críticas en la constante búsqueda de estar realmente informado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de febrero de 2002