Quizá muchos pensaron que el balón acabaría en las nubes -suele hacer difícil lo fácil y viceversa- pero Antoniolli, el portero del Milan, ni lo vio. El partido se veía entonces perdido y Kluivert lanzó un trallazo que casi agujerea la red. El estadio celebró el empate justo igual que lo hizo hace cuatro días cuando el Barça logró remontar un marcador adverso ante el Deportivo. Sin embargo, la felicidad, ayer, no fue completa. El tanto sólo valió el empate, aunque al fin y al cabo puede resultar de vital importancia de cara a las aspiraciones azulgrana de estar en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
MÁS INFORMACIÓN
La alegría inmensa de Kluivert fue por partida doble. Celebró el gol en sí pero también la pequeña revancha sobre Fabio Capello con el que nunca se entendió cuando éste dirigía al Milan. El holandés ya avisó hace un año que si el Barça fichaba al entrenador italiano hacía las maletas y se marchaba.
Curiosamente ayer Kluivert y Rivaldo cumplían su partido número 50 en competiciones europeas. Ambos siguen sigue lejos de los 85 y 71 partidos que suman, respectivamente, dos de los grandes ídolos de la afición azulgrana: Migueli y Guardiola.
La efectividad de Rivaldo, pese a que ayer no marco, le sitúa en un lugar destacado. Contra el Roma sumó su partido 42 en la Liga de Campeones (ha jugado dos partidos de la Supercopa de Europa y siete de la Copa de la UEFA). Al margen de la Supercopa que ganó con Van Gaal en el primer año de ambos en el Barça, las competiciones continentales se le siguen resistiendo a uno de los jugadores mejor pagados del mundo. En sus ya cuatro temporadas y media largas en el Barça, el brasileño ha marcado 129 goles, de los que 31 corresponden a los encuentros en competiciones continentales.
Kluivert ha jugado con la camiseta barcelonista en las tres temporadas que lleva en la entidad 28 partidos en la Liga de Campeones en los que ha marcado 16 tantos. En el Ajax disputó 22 partidos en la Liga de Campeones, en los que consiguió diez goles, uno de ellos en que le dio el título al club de Amsterdam en 1995.
Quejas por un penalti
La entrada de Samuel a Rivaldo dentro del área romana no dejó indiferentes a los jugadores azulgrana. Por mucho que Capello insistiera en que, desde su posición, la falta no le pareció merecedora de la máxima sanción, su versión no tuvo éxito entre la plantilla del Barça. "Vi clarísimo el penalty", sentenció Thiago Motta. "Pero, si el árbrito no lo pitó, no nos podemos lamentar". "En el campo me lo pareció", corroboró Puyol, "y después, los que han visto la televisión nos lo han confirmado. Si el árbitro no lo ha pitado, será porque no lo ha visto". Luis Enrique también aseguró que había visto un penalty "clarísimo"
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de febrero de 2002