El fiscal de la Audiencia Provincial de Madrid pide tres años de cárcel para cada uno de los cuatro acusados de un delito de estafa por la venta a un particular de un goya falso. El lienzo fue comprado por 330.556 euros (55 millones de pesetas) en agosto de 1997.
En el juicio, que comenzó ayer, están acusados los propietarios de una tienda de antigüedades, Miguel T. y su padre, Enrique T.; la dueña de una galería de arte, Margarita S., y Joaquín Héctor A., experto en inversiones financieras. El quinto acusado, Julián Andrés M., no acudió a la vista oral al encontrarse huido.
Según explicó el fiscal, Miguel T. y Enrique T., propietarios del lienzo falso, obtuvieron de un profesor de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid -actualmente ya falleci-do- un dictamen de autenticidad. El representante del ministerio público agrega que en el informe, fechado en febrero de 1996, se afirmaba, 'faltando a la verdad', que el cuadro representaba un boceto de la infanta María Isabel de Borbón, y que se trataba de una obra original de Goya realizada a principios del siglo XIX.
Los acusados contactaron entonces con Julián Andrés M., quien, 'a cambio de una comisión', se puso de acuerdo con la galerista Margarita S., que encargó una tasación pericial; ésta estimó el valor del lienzo en 480.809,68 euros (80 millones de pesetas). La tasación fue realizada por personas no expertas en la materia, siempre según el fiscal.
Los acusados convencieron entonces a un coleccionista privado, Marcial F. G., para que adquiriera el cuadro por 330.556,66 euros. Esta operación se realizó a la vista de la tasación pericial del lienzo, del certificado de autenticidad que le exhibieron y de la confianza depositada en los acusados por el comprador, apunta el fiscal. Para el ministerio público, el cuadro es una obra 'de escasa calidad y tardía', posiblemente de finales del siglo XIX, que 'intenta imitar el estilo de Goya y que no puede atribuirse a ningún artista conocido. Carece, además, de valor alguno en el mercado de coleccionistas de obras de arte'.
Miguel T. declaró en la vista oral que él era el propietario del lienzo, herencia de su abuelo, y que decidió venderlo para pagar unas deudas, no sin antes llevarlo a que lo viera el profesor. 'Me dijo que era un goya', agregó el acusado, quien explicó que por el cuadro recibió 108.303 euros (30 millones de pesetas), aunque pagó 36.060 euros (6 millones de pesetas) al intermediario, Julián Andrés M.
Por su parte, Margarita S. indicó que ya había vendido en otras ocasiones cuadros a Marcial F. G. y aseguró que si hubiera dudado de su autenticidad no se lo hubiese ofrecido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de febrero de 2002