En relación al 'acoso moral' del que se hacen eco últimamente los medios de comunicación, en el que se reflejan los abusos humillantes a los que someten algunos jefes a sus subordinados, quiero hacer incapie en esa otra gente que sin ser jefes ejercen ese mismo desprecio sobre los de su entorno.
En consecuencia, hago una proclama, para evitar e ignorar a estos seres, cuyo sentido y objetivo en esta vida es la de hacer la vida imposible a los demás, poniedo a la gente siempre a prueba, para despreciarles, chulearles y humillarles a la menor oportunidad. Se ceban como buitres en la carroña cuando encuentran a otro persona que, ya sea por carácter o ignorancia, da muestras de debilidad.
Estos personajes envidian todo lo que haga felices a las personas, y abusan de todo el que se ponga a tiro y siempre que sea inferior, débil o se deje, ya sean conocidos, compañeros de trabajo o incluso familia.
De estas personas todo el mundo tiene la misma opinión y en su entorno no se encontrarán opiniones dispares sobre su forma de ser. Es por eso que son tan fáciles de identificar y, por tanto, fáciles de ignorar y evitar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de febrero de 2002