El Real Madrid sesteó en Fuenlabrada y lo pagó. Entre las lesiones, jugadores en baja forma, desidia de alguno y la acertada noche de los locales, el partido llegó al último cuarto (70-48) con todo decidido. Al final, un contudente 93-73 que aleja un poco más a los blancos del líder de la ACB. El 0-2 a favor de los blancos, una canasta en contraataque de Alberto Herreros, fue un espejismo para el equipo y para el protagonista. Los primeros se vieron superados en todo momento por un quinteto más acertado, más aguerrido y con las ideas más claras. Al alero le fastidió de sobremanera la defensa de Carlos Cazorla.
Con el juego exterior minado, el Real Madrid echó mano del interior, y ahí tan sólo Eric Struelens cumplió el papel. Dragan Tarlac no acertaba a anotar ni a un metro del aro. El conjunto fuenlabreño necesitó de Perasovic, pero esta vez tan sólo a medias. En la noche de ayer encontró un aliado, José Manuel Calderón. El segundo base local tuvo la muñeca tonta y acribilló la defensa madridista. Este jugador es otra perla de la Generación Gasol. Una lesión le impidió disputar el Mundial en Lisboa pero como al resto de sus compañeros de quinta le sobra geta para echarse un partido a sus espaldas aunque el rival sea el Real Madrid. Calderón incendió el segundo cuarto con 15 puntos, incluidos cuatro triples casi consecutivos. En el equipo de Sergio Scariolo, por el contrario, el segundo base, el italiano Attruia aportó muy, muy poco.
Demasiado cómodo atacó el equipo de Óscar Quintana. Durante 30 minutos, el Fuenlabrada circulaba el balón con inteligencia y lograba canasta. Y casi todas fáciles, bandejas bajo el aro que ni los tiempos muertos de Scariolo pudieron erradicar. A partir del descanso, los fuenlabreños jugaron con alegría y casi todo entraba en la canasta del Madrid. Al otro lado, el partido estaba para pocas celebraciones. Pasar el expediente lo más rápido, felicitar al contrario y a pensar en lo que viene que no es poco: Pamesa, Ural Great y Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de febrero de 2002