No salgo de mi asombro al ver cómo una empresa con la trayectoria de Iberdrola nos trata desde la prepotencia de su monopolio. No puedo borrarme de esta empresa porque es la única. Y para ser la única debería mejorar en muchos de sus aspectos.
Contraté hace algo más de cinco meses el sistema de climatización que permite, según sus anuncios, ahorrar más de un 50%. Un sistema de calefacción fácil, sin obras, rápido, limpio y confortable. Esto en la realidad se traduce en casi cuatro meses para la colocación del sistema de acumuladores y en desperfectos en las obras, que no son en un día, como pregonan, sino en dos y una semana de propina para que ajusten el contador.
Todo las facilidades cuando telefónicamente te diriges a Iberdrola, luego no son realidades. Te asignan un presupuesto, que, sin explicación previa, aunque la pidas, aumenta a su gusto en casi 40.000 pesetas (240 euros aproximadamente). Ese 50% del que te hablan ya te lo has gastado en este invierno, que no ha sido calentito. Para compensarte de estas molestias, (el frío que durante este invierno he pasado nadie me lo va a quitar) te remiten un calefactor que ya en su día, en ese afán de convencerte, te ofertan como 'detalle'. Ya que a mí no me responden, espero que a ustedes sí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de febrero de 2002