En el último tramo del invierno el calendario marca la poda de los árboles, a la espera de que en un mes reverdezcan con los brotes que celebrarán la llegada de la primavera. Las ramas recién podadas dejaron ayer un paisaje insólito en el paseo Campo Volantín, de BIlbao.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de febrero de 2002