"La fuerza de la naturaleza. Ámalo u ódialo". Así ha titulado el diario británico The Times una entrevista con Calixto Bieito con motivo de la presentación anoche en la English National Opera (ENO) de Londres de su versión de Un ballo in maschera, de Verdi, que el más internacional de los directores teatrales españoles ambienta en la transición española. Y es que con Bieito nunca hay términos medios; sus montajes jamás dejan indiferente al espectador, aunque, como el caso de este Ballo..., ya se hayan visto en otros teatros.
La Ópera Inglesa advierte de que 'Un ballo in maschera' tiene escenas violentas aptas sólo para adultos
Reconocía ayer el director teatral a este diario que no le gusta ser objeto de polémica. Y la polémica en realidad estuvo más en los medios de comunicacion que en el público. Anoche hubo en la English National Opera aplausos, bastantes para lo que es costumbre entre el frío público de ópera británico, y sólo un par o tres de silbidos al finalizar la representación. Nadie interrumpió con gritos desaprobatorios, como sucedió en el Liceo de Barcelona, la escena de la sodomización y posterior asesinato de un proxeneta por parte de cuatro militares. Y ni un murmullo en la inicial escena con la hilera de váteres en el Congreso de los Diputados, donde se conspira para asesinar al Rey, protagonista de esta ópera. Calixto Bieito no salió a saludar, no es costumbre en este teatro que los directores de escena lo hagan en una representacion que no es un estreno absoluto del montaje, pero al finalizar la representación se mostró aliviado y contento con la favorable respuesta del público.
"Me ha tocado trabajar con una serie de teatros de ópera que quieren renovar su repetorio con propuestas escénicas diferentes, que al final siempre acaban creando polémica. A mí no me gusta que me abucheen, pero es algo que no puedo controlar cuando sucede", aseguró por la tarde tras un almuerzo de trabajo con el director del Festival de Edimburgo, Brian McMater, con el que acaba de firmar un contrato para dirigir en el festival escocés en 2003 Hamlet, de Shakespeare, y en 2004, La Celestina, de Fernando de Rojas.
La controversia generada sobre la ópera Un ballo in maschera lleva semanas cociéndose en Londres. El antecedente de los ataques de la crítica británica a su Don Giovanni, de Mozart, estrenado la pasada primavera en la ENO e inspirado en un violento asesinato de un joven en la Villa Olímpica de Barcelona -que en España podrá verse el próximo diciembre en el Liceo de Barcelona-, ha contribuido a que la prensa británica caldeara el ambiente. "Verdi con puñetazos" o "Defecación en una ópera de Verdi", en alusión a la escena inicial, con una hilera de váteres que los conspiradores de la ópera usan para esconder una pistola, han sido algunos de los titulares aparecidos en la prensa británica antes del estreno. Incluso el más prestigioso informativo político radiofónico de las mañanas, Today program, de la BBC, dedicó ayer parte de su emisión a debatir sobre si los montajes como el de Bieito contribuían a renovar la ópera o eran una simple provocación.
Toda esta controversia está generando una impagable publicidad a la English National Opera; ya se la generó en diciembre de 2000 al Liceo de Barcelona, que con el estreno en España de este mismo montaje consiguió acaparar la atención de los medios de comunicación. Como en Barcelona, en Londres los rumores sobre supuestas escenas escabrosas de subido tono sexual han corrido de boca en boca, y, para curarse en salud, el teatro londinense destaca en el programa general de su temporada: "Advertimos a los que prefieren algo más tradicional de que esta producción contiene algunas escenas violentas y aptas sólo para público adulto, además de humor negro y, en palabras de Verdi, 'fuego, pasión y desorden".
Comentarios de los miembros del coro y de los técnicos de escenario a amigos han contribuido a generar todo tipo de rumores, que The Guardian recogía en su edición de ayer apuntando que un corista le había dicho a un amigo que había escenas pornográficas y sadomasoquistas. "Se sigue insistiendo en la carga sexual, cuando ésta es una producción con una alta carga política", comenta Bieito. El director traslada la acción de la ópera de Verdi, cuya trama original narra una conspiración y posterior asesinato de un rey sueco, a la España de mediados de los años setenta, en plena transición política.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de febrero de 2002