La comunidad musulmana celebró ayer con una oración el inicio de la fiesta del Sacrificio, que conmemora el acto de fe del profeta Abraham. La fiesta, que tiene carácter religioso y social, dura tres días y es una de las celebraciones centrales del calendario musulmán. Convertido por unas horas en una mezquita, el polideportivo del barrio del Raval, en Barcelona, albergó a primera hora de la mañana a más de 3.000 fieles en la que fue la celebración más multitudinaria de Cataluña, donde viven 150.000 musulmanes. Para muchos, la fiesta continuará este fin de semana y tendrá como ágape los corderos sacrificados para la ocasión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de febrero de 2002