El mercado de valores español termina esta semana con los datos de cierre más bajos del ejercicio, justo coincidiendo con un aluvión de declaraciones sobre la proximidad de la recuperación económica.
La publicación del IPC español para el mes de enero provocó todo tipo de gestos en el parqué madrileño, ninguno de ellos de credibilidad, justo cuando la sensibilidad de los inversores ante las argucias contables está a flor de piel. La creciente capacidad de los gestores para hacer aparecer las cuentas como más les conviene se ha convertido en un tema muy delicado en la Bolsa y situaciones como la de ayer no ayudan en absoluto a recuperar la confianza.
Precisamente ayer, las cuentas de las empresas, no tanto las conocidas como las que han de publicarse en los próximos días, fueron la causa del exceso de papel en los mercados. Los inversores, siguiendo las estimaciones de los analistas, esperan que algunas de las grandes empresas anuncien la semana que viene importantes recortes en sus beneficios y han optado por deshacerse de las acciones antes de obtener la confirmación de sus temores.
El Ibex 35 cayó ayer el 0,96% y en la semana baja el 3,26%, mientras que París cedía el 0,98%, Londres el 0,44% y Francfort el 2,17% al cierre de la sesión bursátil. En la mayoría de los casos fueron las empresas de telecomunicaciones las que arrastraron al conjunto del mercado, aunque en general hubo pocos casos en los que se opusiera alguna resistencia a la corriente vendedora.
La contratación en el Mercado Continuo fue de 1.497,37 millones de euros, 249.142 millones de pesetas, una cifra prácticamente igual a la del día anterior y que confirma la reticencia de los inversores a asumir riesgos, incluso cuando la recuperación está a la vuelta de la esquina, como se viene afirmando repetidamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de febrero de 2002