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Jodorowsky se aplica su propia terapia en su autobiografía imaginaria

El artista presentó su libro en Madrid con una sesión de 'psicomagia'

La visita de Alejandro Jodorowsky (Chile, 1929) esta semana a España le ha valido para presentar su 'autobiografía imaginaria', La danza de la realidad (Ediciones Siruela). Pero del libro ha hablado poco. Ha sido la excusa para plantear una abarrotada sesión de psicomagia, una terapia particular para resolver mediante actos simbólicos los problemas personales, y que él mismo se aplicó para revivir los recuerdos que despliega en su libro.

El tarot, las novelas, la terapia, el cine y otras artes tienen para Jodorowsky la misma finalidad espiritual. 'Si el arte no sana, no es arte', sostiene.

Entre las múltiples facetas artísticas que cultiva -es actor, director de cine y teatro, novelista y tarólogo- están sus particulares sesiones de psicomagia, una mezcla de espectáculo y terapia psicológica, donde los espectadores le plantean sus problemas y él busca soluciones a través de actos simbólicos.

Esta misma terapia la aplica el artista a su propia vida, que se vio perturbada desde los 23 años, cuando decidió abandonar su país, Chile, y partir hacia Europa, donde reside actualmente. En el mismo barco que lo alejaba de su tierra, en un gesto incomprensible para muchos, arrojó la agenda de direcciones por la borda, desprendiéndose para siempre de su pasado. Un acto simbólico del que ahora reniega: 'Eso no es lo que hay que hacer', sostuvo ayer durante una conversación telefónica con este periódico.

Pero precisamente ese momento fue el comienzo de lo que hoy es su 'autobiografía imaginaria', La danza de la realidad. No se trata de una reescritura ficticia de su vida, sino que Jodorowsky ha rescatado 'los momentos más profundos, más dolorosos y más sabios' de su pasado. Los personajes y los sucesos son reales, pero él se ha encargado de darles otro enfoque, de mirarlos desde otra perspectiva para buscar otra verdad.

La percepción de la realidad desde múltiples ángulos y su esfuerzo constante para expandir su imaginación son los motores que le han llevado a la escritura de este libro. 'Esta búsqueda me separó de mi yo ilusorio, me hizo huir de Chile y me impulsó a buscar con desesperación un sentido a la vida', explica.

Porque Jodorowsky está en perpetuo aprendizaje. Es consciente de que sus remedios no son los únicos, ni los definitivos. Por ello, basa sus curas de psicomagia en cuatro principios. 'Según lo que yo sé, porque no puedo saberlo todo, trabajo con los conocimientos que tengo. También, a riesgo de equivocarme. El tercero sería hasta cierto punto. Porque después de mis consejos, no recaen en mi responsabilidad los actos a seguir. Y, si se quiere bien, aludiendo a la libertad que tiene cada uno para elegir', relata Jodorowsky.

La particular forma de entender el arte de este artista chileno tendrá continuidad con la publicación en España, a primeros de marzo, de su siguiente obra, Donde mejor canta un pájaro, que edita la misma editorial. Aquí, Jodorowsky se sumerge en la búsqueda de sus antepasados, desde sus abuelos hasta sus padres, reconstruyendo su árbol genealógico en busca de su propia vida. 'Todos los personajes, sitios y acontecimientos son reales, pero esta realidad es transformada y exaltada hasta llevarla al mito' dice el autor.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de febrero de 2002