El Instituto Anatómico Forense de Valencia practicó ayer la autopsia al cadáver de Silvia D., una mujer de 35 años, vecina de Sumacàrcer, que fue hallado el pasado viernes en el fondo de una acequia con la cabeza cubierta por una bolsa de plástico, las piernas atadas y, anudado a una mano, un saco de piedras para evitar que el cuerpo flotase, según un testigo. Un policía local y el vigilante de las acequias de Escalona y Carcaixent que discurren paralelas al Júcar en las proximidades de Sumacàrcer, encontraron el cadáver, bastante disimulado por las piedras y el agua, al quedar una mano al descubierto.
En el rescate participó un grupo de submarinistas de la Guardia Civil ya que en ese tramo es dificultoso el acceso a la acequia con algo más de metro y medio de agua al sumergirse bajo un montículo.
El marido de la víctima había denunciado su desaparición ante la Guardia Civil el pasado miércoles por la mañana. No obstante Silvia se ausentaba con frecuencia de Sumacàrcer, sobre todo los fines de semana. Al parecer, la Guardia Civil basa su investigación en el entorno de conocidos de Silvia y en los nombres y teléfonos de su agenda.
Este asesinato ha causado una gran conmoción en este tranquilo municipio de poco más de 1.300 habitantes abigarrado entre el río Júcar y una colina.
El autor o autores del asesinato conocían perfectamente la zona ya que el lugar donde fue hallado el cadáver se encuentra bastante retirado de la carretera que une Cárcer con Sumacàrcer y rodeado de parcelas de cítricos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de febrero de 2002