El Málaga se dio ayer un respiro ante el Villarreal, un rival directo al que además gana en el parcial particular. El partido no pasará a la historia del fútbol brillante. El conjunto local fue superior y aprovechó mejor las escasas ocasiones propiciadas por una estrategia demasiado directa, hasta que Sandro apareció en la segunda parte para intentar dar cordura a momentos de imprecisión y caos realmente insufribles. El Villarreal perdió todo su peligro cuando Jorge López se fue lesionado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de febrero de 2002