El lehendakari, Juan José Ibarretxe, reunió el viernes pasado por vez primera a los partidos democráticos vascos y logró un acuerdo municipal de mínimos entre nacionalistas y no nacionalistas contra ETA y su entorno. Ayer, el Gobierno vasco se reafirmó en ese acuerdo saliendo al paso de las interpretaciones equívocas del propio portavoz del PNV, Joseba Egibar, y del PP, que calificó de "teatro" el resultado de la reunión. Ibarretxe defiende su compromiso de estudiar una comisión gestora en el Ayuntamiento de Zumárraga, una mesa de partidos en cada municipio amenazado y aprobar un manifiesto en cada corporación de tal forma que Batasuna quedaría excluida de cualquier alianza si no lo aprueba.
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Fue una reunión tensa desde el comienzo. Al llegar al Palacio de Ajuria Enea, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, evitó saludar a la representación del PP, integrada por el diputado general de Álava, Ramón Rabanera; el delegado del Gobierno, Enrique Villar; y el presidente popular, Carlos Iturgaiz.
El lehendakari centró el tema con el reconocimiento de la "grave situación" por la que atraviesan los concejales amenazados por ETA y propuso siete medidas: un Consejo Técnico de Seguridad; aumento de plantilla de la Ertzaintza; protección de las sedes de partidos; modificación de la legislación para garantizar la confidencialidad de los concejales y posibilidad de voto ponderado de los ediles en los municipios amenazados; participación de la Ertzaintza en los foros policiales europeos, y la publicación de una manifiesto municipal en defensa de los derechos humanos y el pluralismo.
Villar cuestionó el aumento de agentes al depender de la Junta de Seguridad, y se opuso a la participación de la Ertzaintza en los foros europeos. Su intervención originó una réplica del representante socialista, Ramón Jáuregui, cuando el delegado del Gobierno dijo que las propuestas en discusión eran las aprobadas en el Pacto Antiterrorista por el PP y PSOE. Jáuregui replicó: "Ya expresaré yo lo que piensa el PSE".
Iturgaiz propuso otro bloque de medidas: aislamiento político e institucional de Batasuna; presentación de mociones de censura en los ayuntamientos en los que gobiernan con apoyo nacionalista; compromiso para intentar que tras las elecciones de 2003 no haya ningún alcalde de Batasuna; supresión de Udalbiltza, la Asamblea de Municipios Nacionalistas impulsada por Batasuna; personación de los ayuntamientos como acusación particular en las causas penales que afecten a los ediles, y medidas legales de seguridad.
Begoña Errazti (EA) se opuso a todas las medidas de aislamiento de Batasuna. Arzalluz se opuso a derribar ahora las alcaldías de Batasuna, porque sería darles la "mayoría absoluta" en las próximas elecciones ya que explotarían el victimismo. Pero asumió que tras las elecciones se impida que haya alcaldes del brazo político de ETA.
Las diferencias entre el PNV y EA llevaron a decir a Errazti, eso sí, en tono de broma: "A ver si va a correr riesgos el pacto del Gobierno" vasco.
A partir de ahí se produjo un enfrentamiento entre Arzalluz e Iturgaiz. Arzalluz negó con vehemencia que el PNV gobierne con Batasuna en algún municipio. "El PNV ha roto todos sus acuerdos con Batasuna", dijo. Iturgaiz llevaba una lista de municipios. El caso más relevante era Bermeo (Vizcaya), donde Batasuna gobierna con EA, aunque no con el PNV. En otros municipios (Ajanguiz, Antzuola...) el caso era más discutible. Iturgaiz replicó a Arzalluz: "Igual sus concejales no forman parte del equipo de gobierno, pero permiten que Batasuna gobierne".
La reclamación de Iturgaiz de suprimir Udalbiltza abrió otra polémica con el líder del PNV. Arzalluz aseguró que no tenía sentido la discusión porque Batasuna había sido expulsada de ese foro tras la ruptura de la tregua de ETA. Iturgaiz dio por buena la explicación y retiró la propuesta.
Limpieza ideológica
Jáuregui expuso la dramática situación de los concejales desde 1999. "El desafío de ETA ya no es contra el Estado, sino la limpieza ideológica del disidente. Es un problema que o lo asumimos todos o el país se rompe". Jáuregui reprochó a Errazti que EA sostenga a Batasuna en Mondragón, donde acaba de ser atacada por enésima vez la sede del PSE. "No quiero que los de EA vayáis a las manifestaciones de repulsa de los atentados si luego sostenéis a Batasuna", le dijo a una Errazti muda. Propuso las nueve medidas que el PSOE llevó al Pacto Antiterrorista, como la creación de una mesa de partidos en los municipios amenazados.
Ibarretxe, tras escuchar las propuestas, afirmó que iba a presentar resoluciones "punto por punto", algunas de ellas iniciativas del PSE y PP, como la creación de una mesa de partidos en cada municipio con ediles amenazados y la personación de esos ayuntamientos como acusación particular. También introdujo la creación de la Comisión Técnica de Seguridad; las reformas legales para el voto ponderado y otras medidas de seguridad. Y la aprobación de un manifiesto en defensa de los derechos humanos que se presentará municipio a municipio en dos meses. El lehendakari afirmó que si Batasuna no aprueba este manifiesto, los reunidos se comprometían a no contar con Batasuna ni para gobernar ni para hacer oposición. Un compromiso que permitió a Jáuregui afirmar que "se ha abierto la vía del aislamiento de Batasuna".
Jáuregui planteó al final de la sesión crear una gestora en el Ayuntamiento de Zumárraga, donde sólo continúan 9 de los 17 concejales por el acoso de ETA. La propuesta contó con el apoyo unánime de los reunidos. El diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, se comprometió a estudiar los trámites legales.
El presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, Manuel Chaves, afirmó ayer que tras esta reunión percibe un cambio de estrategia en el PNV tendente a la "reconstrucción de la unidad democrática". En declaraciones a la Cadena SER, Chaves dijo que le da "mucha importancia por lo que representa desde el punto de vista político". "Porque intuyo que el hecho de que el lehendakari se reúna con todos los partidos es un indicio de que puede haber cambios en la estrategia el PNV".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de febrero de 2002