Durante el primer trimestre del curso 2001-2002, los 16 alumnos de quinto y sexto de primaria del colegio Araceli Bujalance Arcos de Encinarejo (Córdoba) asistieron a clase en una oficina del ayuntamiento, porque en su centro no había lugar para ellos. Cuando regresaron de las vacaciones navideñas, se encontraron con una novedad: no tendrían que volver al ayuntamiento, porque se les había habilitado un aula en uno de los vestuarios de las canchas deportivas anexas al colegio. Allí siguen.
En estas precarias circunstancias se encuentran los 93 alumnos del centro, que van a clase en sitios tan peregrinos como la biblioteca municipal, el portal y otros espacios 'inadecuados, insuficientes, que incumplen la ley y carecen de las condiciones mínimas de habitabilidad'. Así lo resume Eugenio Alemany, presidente del AMPA Fuente La Teja, que reclama urgentemente un colegio nuevo.
El edificio actual, construido hace más de 50 años, está hecho de añadidos y apaños. Según especifica un informe avalado por el arquitecto municipal, sufre goteras, humedades y grietas. Los suelos se hallan en mal estado, igual que la instalación eléctrica, y no hay calefacción en invierno ni aire acondicionado en verano. 'El techo de escayola del porche se cayó hace dos meses', señala Alemany. 'Son unas condiciones verdaderamente penosas'. El centro, además, no dispone de patio, porque en ese espacio que quedaba libre se construyeron dos aulas más. Los padres han trasladado en repetidas ocasiones su queja a la delegada de Educación, Araceli Carrillo, y a la consejera, Cándida Martínez. 'El ayuntamiento ya ha cedido los terrenos; los informes están listos desde el verano', indicó Alemany. Carrillo confirmó este dato: admitió que, según el estudio de necesidades, el colegio es preciso, pero no pudo decir cuándo comenzarán las obras, ni siquiera aproximadamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de febrero de 2002