Javiera Muñoz, una cantante nacida en Suecia de madre chilena y padre español, que aspiraba a representar a Suecia en el Festival de Eurovisión, teme por su participación en el certamen a raíz de una agresión sufrida esta semana, atribuida a neonazis. La intérprete, de 24 años, considera improbable que pueda restablecerse a tiempo de las lesiones y la conmoción ocasionadas por el ataque de unos individuos que, tras golpearla con unos palos, la arrojaron por la escalera de su casa y la abandonaron malherida. 'Me siento muy mal y tengo mucho miedo', explica Javiera, en declaraciones que publicaba ayer el diario sueco Expressen, donde además atribuye la agresión a la ultraderecha. Javiera debía competir con otras dos concursantes en la final que se celebrará mañana viernes en Estocolmo para elegir a la representante de Suecia en Eurovisión. La cantante, una hermosa joven morena de belleza típicamente latina, tuvo que recibir asistencia sanitaria tras la agresión, ocurrida el martes cuando salía su casa, y que, además de contusiones en el cuerpo, le ha dejado grandes morados en el rostro. A pesar de que se desconoce la identidad de sus agresores, se considera que el ataque pudo ser obra de ultraderechistas, que no quieren que una belleza latina represente al país nórdico y, además, con una canción en la que se mezclan ritmos de bossa nova y pop.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de febrero de 2002