Uno a uno iban los jugadores del Depor abandonando el vestuario, todos con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de haber vivido una noche memorable. "Para recordar por mucho tiempo", dijo César. "No la olvidaré en años", corroboró Molina, quien también ofreció un rasgo de humor: "Hemos demostrado que si jugamos bien podemos ganarle a cualquiera, después de haber demostrado antes que jugando mal podemos perder con cualquiera".
MÁS INFORMACIÓN
En medio del desfile de caras felices, ninguno recibió tantas atenciones como Valerón, héroe de la noche. Cuando abandonaba el vestuario, se cruzó con el presidente, Augusto César Lendoiro, que lo detuvo de inmediato y lo envolvió en un abrazo. Tímido como siempre, Valerón evitó sacar pecho y respondió con tópicos a los elogios: "Ya sólo pienso en el próximo partido".
"Hemos dado espectáculo", sentenció el entrenador, Javier Irureta, quien, no obstante, no pudo ocultar cierta nota de amargura en medio del entusiasmo. Irureta siempre ha sentido cierta incomprensión por su trabajo en A Coruña y anoche, en cuanto un periodista le brindó la ocasión, dejó caer: "Hay gente que aún hoy no confía en el Deportivo. Y alguna está aquí mismo". El técnico y sus jugadores están convencidos de que con una victoria en los dos partidos que le restan - contra el Arsenal en Londres y ante el Bayer Leverkusen en Riazor- habrán confirmado su pase a cuartos de final. Pero Irureta fue precavido: "Como nos durmamos, lo pasaremos mal".
¿Y la final de Copa del próximo miércoles? Víctor fue el único que se salió del guión para señalar que la victoria de anoche "refuerza" al Depor ante el duelo de Chamartín.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de febrero de 2002