Un estudio sociológico sobre la juventud de Algete ha arrojado datos como que los jóvenes de esta localidad prefieren practicar el botellón (ingerir bebidas alcohólicas en grupo y al aire libre) en el cementerio municipal, pues, según dicen los encuestados, así no molestan a nadie. Un 59,3% considera violenta a la propia juventud del pueblo. Este estudio ha sido realizado sobre 400 de los más de 4.000 jóvenes que viven en Algete, con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años.
El alcalde de Algete, el socialista Jesús Herrera, presentó ayer el estudio y ofreció datos como que el 24,32% de la población algeteña tiene entre 15 y 29 años y, de este porcentaje, un 50,5% son varones frente al 49,5% de mujeres.
Estos jóvenes, según el informe, demandan alternativas de ocio para los fines de semana: sólo un 13,8% se queda en Algete, frente a la gran mayoría que se va a localidades próximas como Alcobendas.
Los menores encuestados han declarado, además, que consumen alcohol y pastillas porque tienen fácil su adquisición, ya que, por ejemplo, siempre encuentran a algún amigo mayor de edad que puede adquirir bebidas alcohólicas en los establecimientos. Confiesan asimismo que tanto alcohol como pastillas son consumidos en los parques y en el instituto.
Herrera añadió finalmente un dato insólito: 'Estos jóvenes consumen el botellón principalmente en dos sitios: la puerta del cementerio, porque no tienen problemas de que los inquilinos se quejen, y los parques de la localidad', explicó.
En cuanto al modo de vida de la juventud algeteña, el 74% de los encuestados vive con sus padres, un 18,7% con su cónyuge y un 3,7% comparte casa con compañeros. Las principales demandas de los jóvenes del municipio son, según el estudio, espacios de ocio (83,2%), más zonas verdes (80,4%), viviendas sociales (80,1%), más instalaciones deportivas (75,8%), actividades socio-culturales (62,7%), una Casa de la Juventud (62,1%) y más vigilancia y seguridad en las calles (61,8%).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de febrero de 2002