Los madrileños tiraron a los contenedores amarillos -para plásticos y briks- 326.921 toneladas de residuos entre 1998 y 2000. El 40,3% de esa cantidad, esto es, 131.938 toneladas (casi 132 millones de kilos), fue reciclada y convertida en otros productos. Los datos los dieron ayer la Consejería de Medio Ambiente y Gedesma (Gestión y Desarrollo del Medio Ambiente de Madrid, SA) durante la presentación de un informe sobre la campaña de recogida selectiva de basura en la Comunidad desde 1998 (cuando se puso en marcha la primera fase del Plan de Gestión de Residuos Urbanos) hasta 2000.
Casi la mitad de los restos de envases que la población tiró en los 60.000 contenedores amarillos que hay en la región ha sido reutilizada: las 131.938 toneladas recicladas se han convertido en objetos útiles para la agricultura, los automóviles o el menaje. Los plásticos y briks de los ciudadanos son ahora jaulas, cubos para la fregona, papeleras, contenedores maceteros o tapas de inodoro. Eso sí, en las bolsas amarillas no sólo se encontraron envases: el 51% de su contenido eran 'productos impropios' (papeles, cartones, vidrios, aluminio o acero), aunque éstos, una vez separados, también se reciclan.
El 66% de lo recogido en contenedores amarillos proviene de la industria, el 23% de las familias y el 11% de los comercios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de febrero de 2002