Se equivoca Eugenio Suárez Palomares (El País Andalucía del 23-2-02). Entre el hiyab y el clítoris sí hay un vínculo directo, el mismo que había entre los velos blancos de las niñas católicas de antaño y la virginidad de las recién casadas. En ambos casos simbolizan el control de un poder patriarcal con justificación divina sobre las vidas y los cuerpos de seres humanos libres. Que como mal menor haya que permitir el uso del hiyab en las escuelas públicas es otra historia. Lo importante es que el debate surja a su alrededor, y que alguien se pregunte por qué tantos intelectuales progresistas de Occidente han abandonado la misma esencia de su pensamiento -es decir, la crítica de la injusticia y del poder arbitrario desde la razón-, y por qué ahora -cuando no se trata de ellos- los encontramos tan dispuestos, 'todos juntos en unión, defendiendo la bandera de la santa tradición'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de marzo de 2002