La precariedad que padece buena parte de la inmigración está llenando de extranjeros las cárceles catalanas. El 90% de los nuevos reclusos han nacido fuera de España, lo que está cambiando el perfil de la población penitenciaria. Actualmente, uno de cada cuatro reclusos es inmigrante, cifra que sigue en aumento. La Generalitat se queja de la saturación de sus cárceles mientras sigue en el aire la ubicación del centro que debe sustituir a la vieja cárcel Modelo de Barcelona antes de 2005, según aseguró ayer el director general de Ejecución Penal, Ramon Parés.
El aumento de extranjeros en las cárceles catalanas no es un fenómeno nuevo, pero se ha intensificado en los últimos tres años. Parés considera que el aumento de extranjeros en las prisiones catalanas y la saturación de los centros podrían solucionarse 'instaurando un modelo penal que fomentara las medidas punitivas alternativas', como los arrestos de fin de semana.
SOS Racismo advirtió ayer de que el aumento de extranjeros en la cárcel 'no significa que ellos delincan más que los Españoles. Estas cifras se explican teniendo en cuenta que la actual legislación conduce a los inmigrantes a una situación de marginalidad que les deja muy pocas salidas para ganarse la vida', afirmó una portavoz de la ONG.
Las autoridades penitenciarias están desbordadas por el incremento de la población reclusa, que en 2001 creció el 5,2% y alcanzó a final de año la cifra de 6.412 internos.
En relación con la seguridad en las cárceles, cuestionada tras las fugas de presos del año pasado, Parés dijo que las prisiones catalanas son de las más seguras de Europa, aunque Justicia ha admitido la necesidad de mejorar la vigilancia, tanto interna como externa. Parés aseguró que la Generalitat no aplicará sanciones disciplinarias a policías ni funcionarios por la fuga de dos internos de Can Brians en diciembre de 2001.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de marzo de 2002