La tasa de economía sumergida en España se sitúa entre las más elevadas de la Unión Europea (UE). La Comisión Europea calcula que la riqueza generada por el trabajo en negro representaba en 2000 cerca del 23% del producto interior bruto (PIB) español, siete puntos más que la media comunitaria. España sólo se ve superada por Italia (27,2% del PIB). Agricultura y construcción son los sectores donde trabajan más personas sin contrato. Bruselas exige a los Estados miembros que incrementen sus esfuerzos para 'combatir' el trabajo no declarado y que lo transformen en 'empleos regulares' si siguen apostando por la Europa del pleno empleo en 2010.
Las medidas adoptadas hasta ahora son 'insuficientes', a juicio de Bruselas. El fardo del trabajo en negro es demasiado elevado para la economía europea en general, que sólo en el caso español se cuantifica en más de 120.000 millones de euros. Por este motivo, la comisaria de Empleo, Anna Diamantopoulou, considera que el combate del empleo sumergido es 'vital' en el proceso iniciado hace dos años en Lisboa para hacer de la UE la economía más competitiva del mundo en 2010 y lograr el pleno empleo. Pero para que se pueda gestionar este problema los Quince deben antes 'medir' el trabajo no declarado para poder tomar las medidas apropiadas.
La Comisión maneja sus propias cifras al respecto, utilizando como base las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y un estudio encargado a una consultora independiente en 1998 y que se centra en siete países, entre ellos España. Para el conjunto de la UE, la economía no declarada representa entre el 3% y el 15% del PIB en función del método de cálculo que se utilice.
La OCDE va más allá y lo eleva hasta el 16,7% del PIB en los países que la integran. En lo que todos coinciden es que el empleo sumergido en Europa ha crecido de forma dramática durante la última década.
Las cifras contrastan con las estimaciones sobre Reino Unido (13%), Holanda (13,8%), Francia (14,7%) y Alemania (14,8%).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de marzo de 2002