El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, reaccionó ayer ante el nuevo atentado de ETA contra una edil socialista emplazando a los Gobiernos central y vasco a cumplir de inmediato los acuerdos alcanzados la semana pasada tanto en la mesa del Pacto Antiterrorista como en la reunión con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para la protección de concejales amenazados. A su vez, el presidente de la gestora del PSE, Ramón Jáuregui, exigió a los vascos que 'no miren para otro lado' porque los cargos socialistas se están jugando la vida, pero la sociedad se juega la democracia.
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El líder del PSOE condenó el atentado y deseó la pronta recuperación de Esther Cabezudo y de su escolta tras entrevistarse en la sede del Consejo General del Poder Judicial con el presidente de esta institución, Francisco Hernando. Zapatero instó a los Ejecutivos central y vasco a trabajar de inmediato en los recientes acuerdos antiterroristas alcanzados: 'Es hora de que todos juntos garanticemos la libertad y los derechos de todos los ciudadanos en Euskadi, y especialmente de los representantes públicos. Y que todo el mundo se deje de polémicas estériles e inútiles', apostilló. Por su parte, Ramón Jáuregui pidió al PP que tire del carro para reconstruir un mismo suelo de 'unidad democrática', que el PSE quiere construir 'desde abajo', desde los consistorios. 'Nuestra desunión les hace fuertes y nuestra unión les derrotará', añadió.
'Si nos dejan solos, la sociedad vasca caerá en la ignominia porque nuestra libertad es su libertad, porque nuestra existencia es la democracia', dijo Jáuregui en rueda de prensa. El dirigente socialista agradeció los gestos de solidaridad del lehendakari, pero le dijo que no es suficiente, que no hay que limitar la unidad a la coincidencia cívica y ética como plantea, a su juicio, Ibarretxe, sino a unos principios de unidad democrática con un poso político claro. 'Exigimos una estrategia política común para deslegitimar política y socialmente de manera radical los medios y los fines de esa violencia xenófoba y liquidacionista', subrayó.
Javier Rojo, secretario general del PSE de Álava, subrayó que ETA 'no quiere que se abran puertas en la política vasca'. 'Cuando parecía que se estaban abriendo puertas' al entendimiento entre los partidos, ETA demuestra que 'quiere que sigamos en las trincheras', comentó Rojo, quien añadió: 'Este atentado nos pone en una situación muy complicada a todos, no sólo a los socialistas, ya que ETA quiere condicionar la vida a todos'. 'Quieren echarnos a unos al cementerio y a otros fuera del país', concluyó.
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, aseguró que Euskadi 'no puede permitirse que haya un solo cargo público amenazado que no acuda a su ayuntamiento por miedo'. Y el portavoz de su Gabiente, Josu Jon Imaz, reivindicó al PSE, atacado dos veces en poco más de una semana: 'Debe saber que es una parte muy importante de este país, un partido querido en este país y que representa una parte insustituible de la sociedad vasca'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de marzo de 2002