Somos padres de un niño de cuatro años de edad con necesidades educativas especiales. Por recomendación del EAP (Equipo de Asesoramiento Pedagógico) y el SAP (Servicio de Atención Precoz) y estando nosotros conformes, el niño ha continuado durante un curso más la escolarización en la guardería Esquitx de Barcelona. Desde el pasado mes de octubre, una estudiante de Psicología en prácticas presta atención directa al niño durante una hora semanal, tiempo que resulta insuficiente dadas las necesidades educativas especiales que requiere. El trabajo de esta estudiante ha sido valorado de forma muy positiva y hay voluntad por todas las partes de que se amplíe a un mayor número de horas.
Se da la circunstancia de que el Institut Municipal d'Escoles Bressol (IMEB) es la institución que tiene que conceder el permiso para que dicha petición se pueda aprobar. Hace ya dos meses que maestras, terapeuta y padres estamos sobre el tema y los responsables del IMEB no acaban de resolver el asunto, alegando que este caso no tiene precedente y que se está estudiando en los servicios jurídicos de dicha institución. Nos preguntamos si resulta tan complicado ampliar el número de horas de un contrato en prácticas cuando se da buena voluntad y cuando este apoyo es muy necesario para optimizar el desarrollo de un niño. Faltan sólo cuatro meses para que finalice el curso. ¿Cuánto tiempo más deberemos esperar?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de marzo de 2002