Los Reyes inauguraron ayer en Aberin (Navarra) las bodegas Señorío de Arínzano, construidas por la familia Chivite según el proyecto del arquitecto tudelano Rafael Moneo. La creación de Moneo, un sobrio conjunto de edificaciones en forma de arco de 9.000 metros cuadrados de extensión, se adapta al proceso de elaboración del vino con los sistemas más avanzados.
El proyecto, que ha costado 12 millones de euros, es el fruto de una vieja amistad entre la familia Chivite, de Cintruénigo, vinculada al mundo del vino desde 1647, y la de Moneo. El arquitecto no pudo asistir al acto por encontrarse en la universidad de Harvard. Muros de hormigón abujardado y labrado soportan cubiertas de madera con acabados de cobre. La bodega, que rodea y enmarca tres edificios históricos del antiguo señorío, se encuentra en una finca de 300 hectáreas, de las que 160 son viñedos plantados entre 1989 y 1990. El diseño respeta el concepto de gravedad para evitar manipulaciones violentas de la uva o el vino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de marzo de 2002