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Israel ataca la residencia de Arafat durante una reunión con Moratinos

"Estamos vivos de milagro", aseguró el portavoz del enviado de la UE

"Estamos vivos de milagro". Helicópteros de combate Apache lanzaron ayer por la noche un ataque contra la residencia del presidente palestino, Yasir Arafat, en Ramala, en el preciso momento en que éste recibía al emisario europeo, Miguel Ángel Moratinos. Los proyectiles alcanzaron varios edificios del complejo donde se encuentra enclaustrado el líder de la OLP desde hace tres meses, y uno de ellos impactó a poco menos de 20 metros de donde el presidente palestino estaba reunido con sus invitados.

La explosión no causó daños personales, aunque sí importantes desperfectos en una habitación cercana, cuyo mobiliario quedó totalmente destruido. El portavoz del enviado de la UE, Javier Sancho, y Moratinos abandonaron minutos después del ataque la residencia de Arafat, en su coche particular, en dirección a Jerusalén Oeste. En el camino hacia territorio israelí, y a través del teléfono móvil, Javier Sancho mantuvo esta corta conversación con EL PAÍS.

El incidente ha estremecido a la clase política de Ramala, ya que nunca hasta ahora los bombardeos israelíes se habían acercado tanto al presidente Yasir Arafat o a cualquiera de sus invitados, a pesar de que desde hace casi un mes el complejo urbanístico, Mokata, en el centro del cual se encuentra la residencia del presidente, es periódicamente bombardeado por los obuses israelíes. Precisamente en la noche de ayer, los aviones israelíes habían bombardeado por última vez el complejo provocando serios daños en un edificio situado a la entrada, relativamente nuevo, y que se encuentra a poco menos de cien metros de los alojamientos privados de Arafat.

Hace casi dos semanas, los aviones israelíes bombardearon también por la noche un pequeño pabellón prefabricado, recién construido, en el que el presidente palestino recibía a los invitados. La destrucción de este pabellón, que quedó convertido en una montaña de escombros, fue considerado por el Gobierno palestino como una llamada de atención y un ultimátum a los representantes diplomáticos, sobre los peligros que entraña visitar a Arafat.

No atentar contra su vida

Este incidente se produjo en el mismo momento en que los sectores más radicales del Gobierno de Sharon pedían que se prohibiera a los displomáticos entrevistarse con Yasir Arafat. Un portavoz del Ejército israelí emitía ayer por la noche un comunicado en el que aseguraba que la intención de los bombardeos era efectuar presión sobre el presidente Arafat, pero no atentar contra su vida. La nota del comunicado no hace ninguna referencia a que el ataque se produjera durante la visita de Moratinos al presidente palestino, acontecimiento del que el Ejército de Israel tenía sobrado conocimiento, ya que para llegar a Ramala, Moratinos y su séquito se ven obligados a atravesar los controles del Ejército israelí.

Con este ataque se culminaba ayer una nueva jornada de sangre y enfrentamientos. Los territorios autónomos de Cisjordania y Gaza continuaron siendo ayer escenario de duros enfrentamientos entre israelíes y palestinos, que se saldaron con la muerte de nueve activistas palestinos y dos soldados.

Siete de los palestinos fueron abatidos por los soldados israelíes en la franja de Gaza, donde las tropas han lanzado en las últimas horas una ofensiva general, en represalia de los misiles artesanales Qasam-2 que Hamás disparó el martes contra la ciudad israelí de Sderot, provocando tres heridos, entre ellos un niño de un año y medio.

Hamás también se responsabilizó ayer de la muerte de los dos soldados israelíes, acaecida en el transcurso de un tiroteo en el campo de refugiados de Jan Yunes. Sin embargo, portavoces del Ejército aseguraban que una de las víctimas, un teniente, podría haber sido abatido por los disparos de sus compañeros, que apuntaron en una dirección errónea.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de marzo de 2002