Los científicos aseguran y la climatología confirma que en España cada vez lloverá menos. En todo trasvase de muchos kilómetros, con importantísimos costes, el precio del agua para los grandes consumidores resulta a más de 90 pesetas el metro cúbico. Por tanto, no se puede emplear para la agricultura, pues la factura del agua sería superior al precio de la cosecha. Sólo sirve para industria, ciudades y urbanizaciones. Un plan de construcción de embalses o desvío de cuenca es positivo si no comporta daños graves.
En cuanto al trasvase del Ebro, es más sensato e inteligente, sin perjudicar a nadie, sustituirlo tomando agua abundante del Ródano y llevándola hacia Barcelona y Murcia.
Seamos inteligentes y previsores. Guardemos el agua del Ebro sin trasvases y no arruinemos el delta y otras zonas ribereñas si podemos disponer de otras soluciones mejores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de marzo de 2002