El imperio clasista en esta ciudad sigue implantando sus directrices provincianas. Calle de Arquitecto Mora, Restaurante Alameda Palace; propietario, Jesús Barrachina. Hombre de pro y de supuesta alcurnia. Dos inmensas placas en la entrada del local: 'Prohibido aparcar excepto vehículos autorizados'. En una calle donde encontrar aparcamiento es misión imposible y con varios organismos oficiales, hay que amanecer con prontitud para tener hueco. Las hileras de coches no se sitúan en segunda fila, sino en tercera, cuarta y quinta, pero hay vehículos con prerrogativas, sin delimitar con exactitud cuáles son. Supongo que las bodas, reuniones de alto valor social, asambleas del único y omnipresente partido. Supongo que esos serán los vehículos privilegiados en su autorización. Seguimos siendo provincianos y no importa. Aunque esos detalles sean provocativamente insultantes para la ciudadanía. ¿Las cosas cambian? Para algunos, seguro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de marzo de 2002