Hoy toca que nos informen de los datos del mes de febrero, en cuanto a población activa se refiere. Los datos son malos, ha subido el paro, y yo me pregunto: ¿por qué es tan importante que suba o baje el número de parados, pero no es importante la precariedad del empleo? ¿Por qué cuando el ministro informa pone cara de tristeza?
Señores, los datos del paro son sólo números que no muestran la realidad de los que vivimos en esta situación. La realidad es que los jóvenes y no tan jóvenes de este país no tenemos trabajo, y los que tienen la gran suerte de tenerlo, están en condiciones precarias, ganando un sueldo mínimo.
Tras muchos años de permanecer en las listas del Inem, donde, por cierto, aún continúo, recibo una notificación para que acuda a una entrevista, acompañada de las correspondientes amenazas de pérdida de derechos si no me presento. Sin pérdida de tiempo, acudo a la entrevista, en la que se me informa de las condiciones laborales.
Soy maestra especialista en educación infantil, requisito que la empresa pide, pero claro, no pueden pagar a una maestra ni hacer un contrato de maestra, sólo de auxiliar infantil. Eso sí, te ofrecen un ambiente de trabajo inmejorable al inmejorable sueldo de 601,01 euros al mes (100.000 pesetas) con las pagas convenientemente prorrateadas. Y ésta es la realidad, eso sí, mi realidad, no la de este Gobierno que pretende que me crea que España va bien.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de marzo de 2002