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CARTAS AL DIRECTOR

Facturación de recetas del Sistema Nacional de Salud

En una carta al director de EL PAÍS (26 de febrero pasado) escribí que 'los colegios de farmacéuticos tramitan por dinero la información farmacéutica' del Sistema. Me reprende el presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, don Pedro Capilla Martínez, en otra carta (EL PAÍS, 4 de marzo de 2002) en la que exalta la bondad del método de facturación español ('uno de los mejores del mundo', afirma, aunque no me explico cómo pudo compararlos) y la abnegación de los farmacéuticos ('soportan el trabajo y los costes que conlleva', destaca, como si en el comercio fuera algo insólito que corra a cargo de cada tienda la confección de sus facturas), pero silencia la intervención de los colegios de farmacéuticos a que yo concretamente aludí. No entra en el asunto; lo aprovecha para hacer propaganda de la profesión jugando al equívoco.

El hecho es que los colegios de farmacéuticos se encargan, además de la preparación de las facturas y de la explotación informática de sus datos (la información farmacéutica del Sistema), del pago de las mismas. El día 10 de cada mes, los colegios reciben del Sistema los fondos necesarios, y varias fechas más tarde abonan a las farmacias las ventas del mes anterior. Proceso que convierte a los colegios en cauces exclusivos de una caudalosa y creciente corriente de dinero público. ¿Sin beneficio alguno para ellos? Pida el señor Capilla Martínez en cualquier entidad financiera una estimación del dinero que produce un flujo de, digamos, más de 1 billón 400.000 millones de pesetas, o su equivalente en euros, que fue la cantidad ingresada y, con diferencia de días o quizá semanas, pagada por los colegios a lo largo de 2001. No volverá a negar que sólo por dinero, por mucho dinero, los colegios de farmacéuticos tramitan la facturación, y con ella, la información farmacéutica del Sistema Nacional de Salud.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de marzo de 2002