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Reportaje:

La pelea por el Elíseo viaja a Barcelona

Jospin tilda de 'envejecido' a Chirac. El jefe del Estado arremete contra los 'métodos fascistas' del primer ministro

Cruzaron los aceros por debajo de la mesa durante los cinco años de la cohabitación, pero ahora se acuchillan a plena luz del día. Lionel Jospin le ha mentado a Jacques Chirac la mucha edad que tiene, una imputación por lo menos curiosa de un hombre de 65 años a otro de 69; y el jefe del Estado le ha respondido con dureza, reprochando la "agresividad, arrogancia, desprecio" de "ciertos candidatos" y el uso de "métodos propios de todos los extremismos y de todos los fascismos", en una alusión al primer ministro. Los dos líderes franceses se lanzan así los trastos a la cabeza en vísperas de la cumbre de la Unión Europea (UE) en Barcelona, a la que ambos acudirán con el teórico propósito de representar a un mismo país.

La calentura electoral durará hasta el verano -no sólo hay que elegir un presidente de la República, sino una nueva Asamblea Nacional- y mientras tanto, Francia se muestra dividida en un momento clave para el futuro de la UE. El "consenso en política exterior" funcionó a trancas y barrancas durante los años de la cohabitación, pero la campaña electoral lo ha puesto todo patas arriba.

Ahora resulta que Chirac es un hombre "cansado, envejecido", al que "le falta energía" y tiende a mostrar "una gran pasividad" ante los problemas, según afirma Jospin. Fueron unos comentarios hilvanados el domingo pasado, en el avión que le devolvía a París tras una gira electoral. Horas más tarde, Jospin aprovechó una entrevista programada en France Info para aclarar que sus comentarios no estaban destinados a ser difundidos; creía haberlos hecho ante un grupo de informadores "de manera informal", en lo que "ustedes llaman off [the record]", es decir, cosas que se dicen para no ser reproducidas.

Pero cuando los entrevistadores ofrecieron a Jospin la oportunidad de "pedir disculpas" a Chirac, el primer ministro les dijo que había poco tiempo y era mejor pasar "a los problemas de fondo". Y ahí, el candidato Jospin desgranó sus prioridades: advirtió sobre las consecuencias de victoria de la derecha para las conquistas de las 35 horas y de los empleos destinados a jóvenes; y prometió que abordará la reforma de las pensiones en cuanto pase el proceso electoral, asegurando que nadie perderá.

Pero el eco de estos propósitos palidece frente a las descalificaciones personales de Chirac: "Cansado, envejecido, ganado por la desgaste del poder", martilleaban ayer todos los medios de comunicación. Entre ellos, el diario Le Figaro obtuvo la primicia de la contrarréplica del aludido. "Hace meses que se ven resurgir viejos métodos, que consisten en ensuciar a un hombre con finalidades políticas, a falta de ser capaz de derrotarle de otro modo", declaró Chirac, lanzado por la senda de asociar escándalos y sectarismo: "Esos métodos son los de todos los extremismos y de todos los fascismos. Esas campañas odiosas nos envían de nuevo a épocas poco gloriosas de nuestro pasado. (...) ¿Es normal conceder más importancia y espacio a la palabra de intrigantes o de granujas que a la de personas honestas?", se preguntaba el presidente-candidato.

Francia atraviesa un momento de total ensimismamiento. Todo el equipo electoral de Chirac cree que el ataque personal de Jospin puede atraer un caudal de simpatías hacia el presidente, muy necesitado de ellas, a juzgar por los últimos sondeos. Por su parte, Jospin trata de minimizar el impacto del juego de las edades y de los cansancios, recordando que lo mismo había hecho Chirac con François Mitterrand durante la campaña de 1988. "Hará falta un hombre que tenga energía y fuerza, comprendida la fuerza física", afirmó Chirac durante su combate con François Mitterrand, quien, a su vez, ya había dicho de Charles de Gaulle que, a los 75 años, no tenía "los medios o la fuerza de asumir las funciones de jefe de Estado".

Chirac aseguro anoche en la television publica que, con independencia de lo que ha pasado, "la delegacion que yo conduciré en la Cumbre de la UE en Barcelona asegurara los intereses de Francia con plena dignidad y responsabilidad". Se presento como el unico valladar frente al "dominio total" de la izquierda y dijo que hacer planteamientos sobre el fisico, lo mental o la salud es "una técnica que se asemeja un poco al delito de opinion". En ese momento utilizo una filigrana lingüistica: "délit de sale gueule", expresion referida a los que molestan o discriminan a las personas por su aspecto, para ironizar sobre los propositos del primer ministro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de marzo de 2002