Cáncer de esófago
La prevalencia del cáncer de esófago está experimentando, en los países occidentales, un crecimiento paralelo al envejecimiento de la población, según se desprende del Estudio epidemiológico de enfermedad ácido-péptica y empleo del tratamiento antisecretor en población de edad avanzada, que ha realizado la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en todo el país sobre una muestra de más de 1.000 ancianos. Una de las causas es la aparición del esófago de Barret, proceso premaligno que puede afectar a personas con enfermedades relacionadas con la secreción inadecuada de ácido del estómago y pepsina (enzima del jugo gástrico). De acuerdo con este trabajo, el 40% de los ancianos españoles consulta al geriatra por síntomas de enfermedad ácido-péptica, sobre todo pirosis (ardor), sensación de plenitud después de las comidas, flatulencia y vómitos. Tanto los pacientes como los médicos infravaloran los síntomas y pueden pasar años hasta que se detecta un esófago de Barret o el cáncer ya instaurado. Las actuales guías de actuación médica recomiendan practicar una endoscopia a los mayores de 50 años que consultan por enfermedad ácido-péptica para descartar cualquier lesión pretumoral.- M. S.
Bebés probeta
Los bebés probeta tienen más del doble de probabilidades de nacer con una anomalía congénita importante y, por otra parte, con un peso peligrosamente bajo, según dos nuevos estudios publicados en el New England Journal of Medicine. Los autores de los dos estudios hallaron que incluso cuando se excluyen los casos de nacimientos múltiples, más frecuentes entre los embarazos obtenidos por técnicas de reproducción asistida, el riesgo de dar a luz a un niño de poco peso o con anomalías congénitas es mayor para los bebés nacidos gracias a la fertilización in vitro o a la inyección intracitoplasmática de esperma. Para realizar estas técnicas, se extraen temporalmente los óvulos de la mujer y se mezclan con el esperma en una probeta o bien se les inyecta esperma directamente.
Ardor de estómago
Unos 400.00 españoles sufren a menudo cada año el característico ardor de estómago que sigue a una comida copiosa y que es el síntoma principal de una enfermedad: reflujo gastroesofágico. Este proceso consiste en un fallo en el esfínter o válvula que separa el esófago del estómago y que, en condiciones normales, impide que los alimentos y el ácido del estómago pasen al esófago. El reflujo aparece cuando el contenido del estómago retorna de forma anómala al esófago e incluso puede llegar a la boca. En su vuelta al esófago, el contendio del estómago, que es muy ácido, causa irritación y sensación de ardor. Cuando el reflujo es persistente, puede llegar a causar inflamación e incluso una herida en la pared del esófago. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria ha publicado, en colaboración con otras instituciones científicas, una guía práctica para el manejo del paciente con enfermedad por reflujo gastroesofágico, puesto que muy frecuentente este trastorno es tratado en el ámbito de la atención primaria. No obstante, se calcula que sólo dos de cada diez españoles que padecen este trastorno con más o menos severidad consultan al médico.- M. S.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de marzo de 2002