Un operario de 30 años murió ayer al caer a una fosa séptica -un pozo al que se arrojan residuos que, tras descomponerse, producen gas metano- de una finca rural en la que trabajaba, a la altura del kilómetro 29 de la M-625, en el término de Navalafuente. El accidente se produjo sobre las 10.00, cuando el operario, que se dirigía a revisar un silo de maíz, cayó a la fosa. Sus compañeros lo rescataron ya sin vida. Con esta víctima son 11 los fallecidos en accidente laboral en lo que va de año en la región.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de marzo de 2002