El otro día participé en la manifestación de Barcelona que, bajo el lema Por una nueva cultura del agua, agrupó a 400.000 personas segun los organizadores, 150.000 según la guardia urbana y 50.000 según la Delegación de Gobierno.
Éramos muchos y muchas, más que en la manifestación de hace un año. Las imágenes televisivas de una avenida de la Catedral donde no cabía ni una aguja no mostraban, no obstante, que en ese mismo momento todavía 1a Vía Laietana estaba totalmente llena de gente que empezaba a bajar.
Hay que reconocer la realidad, y ésta es que estábamos varios cientos de miles de personas contra el travase del Ebro ayer en Barcelona. Es una pena que la manera de contar a los manifestantes esté en función de los contenidos, del tipo de la protesta o de hacia dónde se dirige ésta.
Estoy convencida de que si la manifestación de Barcelona hubiese estado vinculada a algo relacionado con el terrorismo, el Gobierno no habría dudado en afirmar que ahí había un millón... Pero como iba contra su política, pues éramos 50.000. ¡Un poco de rigor, por favor!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de marzo de 2002