Los mineros de Aznalcóllar comenzaron ayer un encierro indefinido en la catedral de Sevilla para reclamar al Gobierno central un plan de prejubilaciones. Los más de 200 mineros advirtieron de que no darán por concluida la protesta hasta que el Ejecutivo 'dé una respuesta por escrito' a las demandas de lograr las prejubilaciones de los 306 empleados mayores de 52 años. La plantilla del yacimiento minero cerrado el pasado mes de diciembre es de 425 personas. Con la aprobación del arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, los mineros ocuparon el templo y pasaron su primera noche encerrados. Los familiares fueron los encargados de llevarles bocadillos, tabaco, mantas, colchones y ropa de abrigo. Los mineros se comprometieron ante el arzobispo a 'ser respetuosos con el templo', indicó el portavoz de la plantilla, Guillermo Macias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002