El cartero no siempre llama dos veces. De hecho, a mi puerta, no ha llamado todavía nunca. El vivir en el campo, en Las Pajanosas, en una urbanización algo alejada de Sevilla, conlleva, en mi caso, que el cartero no me reparta las cartas. Y no es eso sólo. Aunque donde yo vivo es legalmente un barrio más de Guillena, desde que el Ayuntamiento lo recepcionó en 1987, las infraestructuras y servicios públicos están abandonados o escasamente mantenidos, como si fuéramos vecinos de segunda clase.
La gota que ha colmado el vaso de mi desesperación y la de mis convecinos es el hecho de que en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio de Guillena, aprobado recientemente, el Ayuntamiento haya declarado urbanizables las que hasta entonces eran zonas verdes dentro de la urbanización en la que vivimos, con la intención de construir 659 viviendas (lo que supondría triplicar la densidad máxima de población de la urbanización, además de tener que cortar numerosas encinas).
Como es de imaginar el que compró o construyó una vivienda aquí, atraído por los valores naturales de la zona, no puede estar muy dispuesto a que estos se destruyan por la especulación. Por esta razón, la asociación de vecinos El Encinar y otros vecinos de la zona presentaron un recurso contra en PGOU que fue aceptado a trámite por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Aunque el Ayuntamiento de Guillena pueda querer transmitir la imagen de que los que han recurrido el PGOU se oponen al progreso de Las Pajanosas, esto no es cierto. Yo, personalmente, desearía que aumentara la población residente de la zona y con ello los servicios que hoy son escasos; pero no a costa de destruir zonas verdes.
El Ayuntamiento argumenta que en el PGOU se han aumentado las zonas verdes (pues se ha cambiado la calificación de urbanizable a no urbanizable de lo que en los años 60 se proyectó como la segunda fase de la urbanización Golf Pajanosas). Pero ese aumento es sólo sobre el papel, pues esas zonas llevan más de 30 años siendo dehesas de encinas, más verdes no podían ser, por más que legalmente se hubieran podido urbanizar. Como es fácil de imaginar, la construcción de la autovía de La Plata, a su paso por Las Pajanosas, acercará esta zona a Sevilla y con ello la posible demanda de viviendas. La especulación parece inevitable.-
El motivo de mi carta es denunciar públicamente que en la urbanización de Las Pajanosas (Guillena), declarada zona de Interés Turístico Nacional, se quiere proceder, una vez sea aprobado el PGOU, a la edificación de 600 viviendas en una zona de dicha urbanización expresamente calificada como zona verde. Esto conllevaría, si nadie lo impide, a la poda total del encinar más bello de la provincia de Sevilla, acabando con el equilibrio de zonas verdes existente en la urbanización.
Mi intención es hacer público este avasallamiento de una zona de gran valor ambiental para Andalucía, cuyo origen se encuentra en una brutal especulación hacia estos terrenos.
Ruego a la señora consejera de Medio Ambiente que se preocupe personalmente de algo que atañe a su Consejería, velando por la protección de zonas verdes y de interés turístico calificadas como tales, y así nos demostrará, con su proceder en justicia, que su Consejería es digna de llamarse de 'Medio Ambiente'.
María Isabel Cívico Muñoz. Sevilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002