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Savio: "Me sorprendió que la afición se acordara de mí"

Los hilos intangibles que mueven a la hinchada hacen que el Bernabéu no se olvide de Savio Bortolini. La brillante reaparición del brasileño, el martes pasado ante el Sparta en la Liga de Campeones, ha supuesto una anécdota optimista a cuatro días del clásico del fútbol español, el Barça-Madrid. El propio Savio se sorprendió cuando saltó al campo y de las tribunas le gritaron "¡Saaaviooo!, ¡Saaaviooo...!", cumpliendo con una costumbre que data de 1997.

Después de cinco meses de ausencia por lesión, Savio jugó 40 minutos, marcó un gol, participó en otro, y demostró que con 28 años conserva el regate intacto. "Un poco me sorprendí de que la gente no me olvidara", dijo ayer. "Hubiera sido normal, pues llevaba cinco meses parado. Cuando salí noté que el aliento del público me dio fuerzas. Siempre me he entendido muy bien con esta afición".

El delantero, natural de Río, estuvo a punto de ir al Chelsea, a fines de 2000. El club inglés ofreció hasta 2.700 millones de pesetas por él (unos 450 millones de eruos) pero Jorge Valdano, el director general deportivo, rechazó la oferta para desgracia del jugador, que declaró que le apetecía marcharse porque en el club inglés le pagaban más. Entonces, el recuerdo de las jugadas del brasileño contra el Bayern, en la Copa de Europa que ganó el Madrid, lo convertían en una figura cotizada y Valdano lo animó a quedarse y luchar por hacerse con un puesto y sumar méritos que le hicieran merecer una mejor ficha. Ayer, su situación había cambiado radicalmente.

Savio se quedó pero durante todo el año 2001 se le vio taciturno, un poco resentido con la rigidez del club, desafiante -llegó a decir que esperaría a quedar libre para que el Madrid no ganara nada con su traspaso-. McManaman le ganó el puesto de primer suplente en la temporada pasada, y luego Savio sufrió lesiones de rodilla y tobillo además de una amigdalitis cíclica, que le ataca en cada invierno, y que le inflamó la garganta hasta hace un mes. Su peso en el equipo se desvaneció y ayer aún dejó entrever cierto rencor cuando le preguntaron por el apoyo del club: "Lo mío es jugar al fútbol. Creo que he tenido el apoyo de mis compañeros y eso es lo más importante".

Por eso le sorprendió a Savio que la gente lo ovacionara. "Cuando salí y noté el cariño de la afición, me di cuenta que lo que hay que hacer es olvidar el pasado, pensar en el futuro y terminar lo mejor posible la temporada", declaró ayer, antes de apuntar su utilidad en un momento en que la plantilla puede dar síntomas de cansancio. "Si juego el sábado [contra el Barça], perfecto; si no es así, a esperar y a seguir entrenándome", dijo.

Figo sigue sin entrenarse

Si Luis Figo juega en el Camp Nou, lo hará sin recuperarse totalmente de su esguince de tobillo. El portugués está siendo sometido a un tratamiento de fisioterapia y ayer hizo ejercicios en la picina del centro médico del Madrid. El central Karanka, tampoco se entrenó, aquejado de un problema muscular.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002