Tambores y voces de Haití: sonidos del vudú. Una palabra terrible que suele evocar figuritas asaeteadas con las que infligir dolor a los seres vivos que supuestamente representan. En realidad, se trata de una cultura fascinante, prácticamente desconocida fuera de esa visión tópica y deformada, y el poder intuirla, a través de su poderosa expresión musical, es un pequeño privilegio raras veces al alcance.
La voz educada en lo clásico de James Germain recordaba por su timbre y entonación a los cantos espirituales de las iglesias del sur de Estados Unidos, mientras que los cinco tambores que le acompañaban evocaban el pasado africano de quienes se vieron obligados a conquistar su independencia de forma violenta. Memoria lejana del terror que causaba el eco de los tambores de los esclavos cimarrones en la población blanca de la antigua colonia francesa.
James Germain
Auditorio de la Casa de América. Madrid, 9 de marzo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002