Ningún científico que haya superado la reválida holgadamente puede posicionarse a favor del trasvase del Ebro como solución al problema del déficit hídrico del arco mediterráneo. Puede ser que a corto plazo un trasvase solucione un tirón de demanda, pero nunca solucionará el problema de raíz, que no es otro que el gasto irracional de agua en un territorio en que tendría que primar el ahorro y no el dispendio. Como muestra un botón, Terra Mítica gasta tanta agua en un día punta como la ciudad de Castellón el mismo día. A ver cómo solucionamos esto, señores políticos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002