La archidiócesis de Boston ha logrado zanjar decenas de acusaciones de abuso sexual a niños formuladas contra uno de sus sacerdotes, al alcanzar un acuerdo extrajudicial para pagar una indemnización de unos 30 millones de dólares a las víctimas.
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Con el acuerdo, alcanzado el martes tras casi un año de negociaciones, la Iglesia católica evita un nuevo y bochornoso capítulo de acusaciones de pederastia contra casi un centenar de sus sacerdotes, que comenzaron a salir a la luz pública en enero. Evita también que el cardenal Bernard Law, jefe de la archidiocesis, tenga que testificar en un juicio sobre su decisión de permitir que el padre John Geoghan siguiera de párroco a pesar de que conocía sus compulsiones sexuales. Geoghan fue expulsado de la Iglesia en 1998 y desde hace un mes está en la cárcel con condena de 10 años por tocar los genitales de un niño.
Tras el acuerdo por 86 demandas y la desestimación de dos de los casos en contra, a Geoghan sólo le queda pendiente un juicio, pero las acusaciones contra él siguen llegando, según el abogado de sus víctimas y otros letrados que representan a víctimas de otros sacerdotes pederastas de la misma archisiócesis. Medio centenar de los niños, hoy adultos, que sufrieron abusos de Geoghan, recibirán casi medio millón de dólares, y las familias de los 36 restantes algo menos, al no haber sido afectados directamente.
Al ex sacerdote, de 66 años, le han acusado al menos 130 personas por delitos sexuales que ocurrieron supuestamente desde mediados de los años sesenta hasta mediados de los noventa en seis parroquias de Boston. Geoghan pasó temporadas en instituciones de rehabilitación, pero luego sus superiores le daban un nuevo destino, perdonándole como si se tratara de un pecado en vez de un delito.
El cardenal Law ha pedido reiteradamente perdón, pero sus disculpas son insuficientes para un numeroso sector de sus feligreses que pide su renuncia. El prelado ha dicho que no piensa dimitir y ayer recibió el respaldo del propio presidente George Bush, que dijo "tenerle un gran respeto y considerarle un hombre honorable". Law se ha embarcado en una reforma de la política interna de su archidiócesis con el denominado plan de Tolerancia Cero (de abusos sexuales a menores). El cardenal ha cumplido lo prometido al dar a la fiscalía de Boston los nombres de 80 sacerdotes acusados de pederastia (algunos ya fallecidos), que pueden desembocar en más sentencias de cárcel (ya hay tres curas que encarcelados por el mismo tipo de delitos). Simultáneamente ha suspendido a 10 sacerdotes acusados de abusar de menores y ha implantado un programa para ayudar a las víctimas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002