Una adolescente de origen marroquí, de 14 años, ha sido acogida por la Junta andaluza tras denunciar una vecina de la joven que iba a ser casada contra su voluntad con un hombre de 35 años, residente en Marruecos y que había acordado entregar 721 euros (120.000 pesetas) a la familia de su futura esposa. La niña no estaba escolarizada como corresponde a su edad, y cumplía una jornada laboral de más de 10 horas diarias en la tienda de todo a 100 de sus padres.
Hasta el momento no se ha efectuado ninguna detención, si bien la madre de la menor ha sido citada a declarar. La familia no ha querido pronunciarse.
Fue una vecina que acudía con frecuencia al establecimiento en el que trabajaba la menor la que dio aviso a la policía el pasado 7 de marzo. Esta mujer, que conocía a la adolescente y conversaba con ella con regularidad, la encontró alicaída y llorosa durante varios días, algo que, según dijo, era impropio de su carácter. Cuando la vecina preguntó a la menor qué le sucedía, ella le hizo saber que su familia le había concertado una boda sin su consentimiento. Debía casarse con un primo suyo que le llevaba más de 20 años, un hombre al que conocía pero al que no quería como marido.
La adolescente tenía que viajar a Marruecos en la noche el pasado sábado. Este supuesto proyecto matrimonial llevaba tramitándose más de dos meses y la niña, que en principio no había opuesto demasiada resistencia, se sentía más deprimida a medida que se acercaba su fecha de partida. Policía y fiscalía actuaron junto con la Consejería de Asuntos Sociales, de modo que la menor fue retirada de su entorno, justo en el día en el que estaba previsto que partiera hacia Marruecos.
Ahora mismo el padre de la adolescente se encuentra en Marruecos. Su madre, que se expresa en español con dificultad, se negó a hacer ninguna declaración. Su hermano mayor tampoco quiso hablar: se limitó a restar importancia al asunto, a pedir respeto por la intimidad de la menor y a recordar que todo está en manos de la Justicia. Cuando, en el curso de la investigación, se preguntó a la niña (que vive en Córdoba desde hace siete años, tiene amigas de su edad en su barrio y habla español a la perfección) si estaría dispuesta a volver a su casa si se le diesen garantías de que su libertad personal sería respetada, respondió que sí.
Éste ha sido el caso de la niña marroquí de Almería que supuestamente iba a ser vendida por su madre en matrimonio. La menor se encuentra ya en su casa, después de haber permanecido varios días bajo el amparo de la Junta. La Consejería de Asuntos Sociales indicó que la menor ha vuelto por su propia voluntad y que existen garantías de que no va a sufrir ninguna situación de riesgo social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 2002