Una de las esposas de Osama Bin Laden acaba de dar nuevas pistas sobre su vida personal, entre las que se incluyen su costumbre de llegar tarde a casa y enfurecerse si ella intentaba hablarle, según informaba ayer el Servicio de Noticias de la BBC. Las revelaciones aparecen en una entrevista que ha concedido al semanario árabe, publicado en Londres, Al-Majallah. La mujer aparece identificada solamente como 'A. S.'. Según ella, Bin Laden sufre del riñón y del estómago, necesita píldoras para dormir, le gustan la mantequilla, la miel y el yogur y buscó una educación privada cuando el Gobierno talibán cerró las escuelas. La revista cuenta que tardó varios meses en localizar a la señora Bin Laden y conseguir la entrevista, con la condición estricta de que su localización se mantuviera secreta. Osama Bin Laden sitúa a Estados Unidos como su 'enemigo número uno', y decía que tenía un gran plan para enfrentarse a ellos, aunque jamás daba detalles. 'A veces llegaba tarde a casa y permanecía tumbado en la cama durante horas. No quería que nadie le hablara. Se enfurecía si yo intentaba hablarle, por lo que le dejaba tranquilo. Solía sentarse, pensar durante horas y dormirse muy tarde. Nunca dormía más de dos o tres horas seguidas. Aunque estaba a mi lado, a menudo me sentía sola'. La mujer afirma que su marido la visitaba una vez por semana, siguiendo un turno de visitas para ver a sus diferentes esposas. 'Cada esposa vivía en su propia casa. Había dos en Kandahar, una en Kabul y la cuarta en las montañas de Tora Bora'. En los últimos tiempos las visitas se habían espaciado porque 'tenía mucho trabajo y algunos problemas'. La última vez que le vio fue poco antes de los acontecimientos de septiembre, pero está segura de que sigue vivo y cree que sigue en Afganistán. 'Una vez me dijo que si alguna vez abandonaba Afganistán sería para encontrarse con su Creador', dice.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de marzo de 2002