Ante la escasez de lluvias, el Ayuntamiento de Girona ha decidido restringir el uso del agua en determinadas fuentes públicas y en la limpieza de calles. El agua se utilizará sólo en casos imprescindibles, cuando las condiciones higiénicas y sanitarias lo reclamen. El riego de jardines y parques públicos se reducirá y, como máximo, se verterán unos 450 metros cúbicos por hectárea de terreno al mes. La alcaldesa Anna Pagans ha efectuado un llamamiento a la población para que colabore en el ahorro de agua.
Algunas fuentes características, como la de la plaza de Catalunya o la de los Països Catalans, continuarán manteniendo sus surtidores, puesto que disponen de un circuito cerrado de agua.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de marzo de 2002