No es ningún secreto que cineastas de éxito en España, como Aranda, Segura, Camino, De la Iglesia, Pons o incluso Aménabar, no obtienen el mismo eco cuando cruzan la frontera. Pero hay síntomas que indican que se quiere luchar contra esta situación. Por ejemplo, el grupo franco-español Altadis ha creado un premio consistente en ayudar a estrenar un primer o segundo filme francés en España al mismo tiempo que una primera o segunda obra en el mercado galo. Este esfuerzo se traduce en una ayuda económica de 7.622 euros para cada uno de los dos directores y de 22.866 euros para cada una de las sociedades que distribuyen las películas escogidas.
Geraldine Chaplin ha presidido el jurado franco-español que ha elegido ayudar a Salvajes, de Carlos Molinero, estimando de gran actualidad su denuncia de la situación de los inmigrantes clandestinos en España, y L'emploi du temps, de Laurent Cantet, que retrata una sociedad en la que las personas sólo existen en función del lugar social. Para Altadis, la iniciativa binacional no es nueva porque tiene su equivalente en las artes plásticas, y este año, por ejemplo, facilita que los fotógrafos Eric Aupol, Bleda y Rosa, y Corinne Mercadier; los escultores Gabrielle Wambaugh y Florentino Díaz, y la pintora Felicidad Moreno expongan en Francia y España. En el mismo sentido, en Annecy se celebra, desde mañana hasta el día 24, la décima edición de la bienal del cine español, que presenta 40 largometrajes, y se anuncia que el Festival de París, entre el 1 y el 9 de abril, además de abrirse con Hable con ella, de Almodóvar, ofrecerá una retrospectiva de cine español de 36 títulos y otros cuatro figuran en las distintas competiciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de marzo de 2002