Hay un océano de por medio y una estructura de firma independiente en cada país, pero el huracán Enron y sus destrozos en Arthur Andersen en Estados Unidos han llegado a España. Es la primera firma en este país por cuota de clientes (un tercio). Además, goza de gran predicamento entre las grandes sociedades españolas ya que 22 valores de los 35 que conforman el selectivo índice Ibex de la bolsa española llevan muchos años sometiendo sus cuentas al escrutinio de esta auditora.
Pese a que la firma niega que esté acercándose a sus rivales, fuentes del sector conocedoras de los contactos en curso confirmaron ayer que Andersen "está en conversaciones corporativas e institucionales con KPMG", otra de las llamadas Cinco Grandes, que copan el 80% del mercado español. Las mismas fuentes aseguraron que los presidentes de KPMG, José Luis Pérez, y de Andersen, Carlos González, incluso se han reunido para "oír los planteamientos" de esta última.
La respuesta de Andersen es clara: sus 161 socios españoles, soberanos para desmarcarse de las decisiones que tomen sus homólogos en EE UU, están a la espera de que éstos les propongan un acuerdo global que deberán ratificar o rechazar. También se remite al comunicado en que hace unos días decía que analizaría "cualquier opción posible".
Sus rivales advierten de que "toda operación" pasaría por la desaparición de la marca Arthur Andersen. También, que un acuerdo se presenta difícil "por el rebote de los problemas jurídicos en Estados Unidos y por la excesiva concentración del mercado".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de marzo de 2002