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Serbia y Montenegro crean un nuevo Estado que entierra definitivamente a Yugoslavia

'Esto abre la perspectiva para que se conviertan en miembros de la UE', dice Solana

Destruida por las guerras étnicas y la disgregación territorial, Yugoslavia tiene ya fecha para su desaparición. En el mayor éxito logrado hasta ahora por la política exterior de la UE, Javier Solana logró en la madrugada de ayer convencer a los máximos dirigentes de Serbia y Montenegro para firmar un acuerdo que da paso al nacimiento de un nuevo Estado llamado "Serbia y Montenegro". El documento, rubricado también por Solana, dará paso a una Constitución única que incluirá la creación de un solo Parlamento y un Ejército común. "Misión cumplida", dijo ayer satisfecho Solana en Barcelona.

"Esto abre a ambos la perspectiva para convertirse en miembros de la UE en el futuro", afirmó el responsable de la política exterior de los Quince. El acuerdo, que tiene cuatro folios en inglés y que fue presentado también en Barcelona, señala que las relaciones entre Serbia y Montenegro se regirán "dentro de una unión de Estado". La nueva Constitución, que recogerá "los derechos históricos" de ambas naciones, será sometida a los dos parlamentos actuales antes de junio y, en todo caso, será promulgada antes de concluir el año.

Igualmente, el pacto prevé las siguientes instituciones comunes: un único Parlamento, un Presidente elegido por la Cámara que designará un Consejo de Ministros, un Tribunal de Justicia y un Ejército dirigido por un Consejo Supremo de Defensa integrado por tres presidentes que adoptarán decisiones por consenso. Algunas de estas instituciones tendrán su sede en Podgorica, la capital de Montenegro.

Otro gran pilar del acuerdo se centra en la armonización de las economías de ambos con vistas a una futura incorporación a la UE. De hecho prevé la creación de un mercado común en el que exista libertad de movimiento para las personas, bienes, servicios y capitales. La moneda de uso común será el euro, aunque las dos oficiales actualmente existentes serán de curso legal. Los Quince asistirán a los dos estados miembros en el cumplimiento de sus objetivos y seguirá muy de cerca el proceso de integración de las dos economías.

El pacto, encabezado con las firmas de los presidentes de Yugoslavia y Montegro, Vojislav Kostunica y Milo Djukanovic, tendrá una vigencia de tres años a partir de la entrada en vigor de la Constitución. Durante ese periodo, tanto Serbia como Montenegro se comprometen a no plantear ninguna iniciativa o consulta popular para separarse. Sin embargo, el documento recoge "el derecho" a hacerlo en el futuro.

Solana, no obstante, aseguró ayer que el acuerdo contiene "todos los elementos para evitar que la situación dentro de tres años sea diferente a la de hoy". El ministro español de Exteriores, Josep Piqué, fue más lejos: "Es muy importante que los afectados sepan que tienen garantizado el apoyo de la UE si persisten en ese camino, pero que difícilmente podrán darlo por garantizado si dentro de tres años se modifican las reglas de juego ahora establecidas".

Para Mister Pesc, lo ocurrido en la madrugada de ayer en Belgrado, "es un paso extraordinario para la estabilización de la región". "Europa podría aceptar que Serbia y Montenegro fueran dos estados diferentes", señaló después, "pero lo que prefiere la UE es que no lo sean, que la tendencia centrífuga en los Balcanes se pare y tengamos una integración lo más intensa posible". "No tendría mucho sentido que se separen primero para juntarse después en una entidad superior, que es la UE", agregó.

El Alto Representante para la Política Exterior de la UE aseguró que no tiene "grandes temores" ante la posibilidad de que este pacto cree tensiones con la oposición a Djukanovic, pero sí admitió que tendrá "consecuencias" en Kosovo, aunque no como para prejuzgar el actual estatuto de esta provincia de mayoría albanesa.

A primera hora de la noche del miércoles, Solana ya comunicó desde Belgrado a sus colaboradores su convencimiento de que era posible un acuerdo final. Ante la posibilidad de lograr un éxito definitivo, se puso en contacto con el presidente del Gobierno español, José María Aznar, para sugerirle que, en el caso de firmarse el pacto invitara a la cumbre de Barcelona a Kostunica y a Djukanovic. Así lo hizo ayer Aznar y hoy participarán en la cita con los líderes de Quince actuales miembros de la UE y de los 13 candidatos.

Además de las firmas de los presidentes de Serbia y Montenegro y de Solana, ratifican el pacto el viceprimer ministro yugoslavo, Miroljub Labus, el primer ministro serbio, Zoran Djindjic, y el primer ministro montenegrino, Filip Vujanovic.

Después de una década de guerras en los Balcanes, la UE temía que la independencia de Montenegro sirviera de incentivo a los albaneses de Kosovo para hacer lo mismo y separarse de Serbia. Pero los nacionalistas albaneses de Kosovo expresaron que con el acuerdo firmado ayer será más fácil ver cumplidas sus aspiraciones. "El proceso de independencia se va a acelerar porque Yugoslavia ha dejado de existir", afirmó Ruxhdi Sefa, líder de la Alianza para el Futuro de Kosovo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de marzo de 2002