Una mujer argelina de 35 años fue asesinada ayer en su domicilio del barrio de Algirós de Valencia y quemada después parcialmente por una deflagración provocada. Su hija de 11 meses, que estaba en el domicilio, resultó ilesa. A las 11.15 un aviso a través del 112 alertó de una posible explosión en la quinta planta del número 12 de la calle de Lorenzo Palmireño. Los primeros en llegar al lugar fueron los bomberos, quienes encontraron en el suelo de la cocina el cuerpo de la mujer en un charco de sangre y semicalcinado. Minutos después acudieron agentes de las brigadas científica, judicial y de homicidios, así como el titular del Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia en funciones de Guardia, Vicente Ríos.
Las primeras investigaciones descartaron la hipótesis inicial que señalaba como causa de la muerte una explosión de gas butano. Según fuentes policiales, la mujer murió de un golpe en la cabeza y después fue rociada con un líquido inflamable. Las mismas fuentes descartaron el robo como móvil, ya que no había signos de fuerza en la entrada de la casa. El marido de la fallecida, también argelino, empleado en Aguas Potables llegó al lugar sin saber lo ocurrido, por lo que fue atendido a consecuencia del estado de shock que sufrió. La policía descarta su relación con los hechos e investiga en el entorno de la pareja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de marzo de 2002