Los líderes de los quince países miembros de la Unión Europea no lograron aprobar anoche una propuesta de declaración de condena del uso excesivo de la violencia contra los palestinos por parte del primer ministro de Israel, Ariel Sharon, en la que le exigían que respete la IV Convención de Ginebra, y se limitaron, en cambio, a manifestar su apoyo al plan de paz del príncipe heredero saudí, Abdalá Bin Abdelaziz, y a la resolución 1.397 recientemente aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que Naciones Unidas apoyó por primera vez la creación de un Estado palestino.
En el borrador de declaración final sobre el que se trabajaba en la tarde de ayer, los Quince formulaban por primera vez una conexión directa entre la represión israelí y los atentados palestinos, al afirmar que "el uso excesivo de la fuerza y una política que pretende golpear a los palestinos cada vez con más fuerza, conduce a reacciones violentas, no garantiza la seguridad de Israel y no puede ser justificado". Pero el texto aprobado recuerda que la violencia procede de ambas partes y se limita a afirmar que "el uso excesivo de la fuerza no puede justificarse".
Diferencia de acentos
Los jefes de Estado y Gobierno abordaron este tema tras la cena. El intercambio tuvo que ser vivo, porque la diferencia de acentos entre los documentos de trabajo y la resolución final evidencia la contraposición de quienes, como España o Francia, han sostenido que Europa debe hacer algo para que el conflicto vuelva a la vía de la negociación, y los países, como Reino Unido o Alemania, que insisten en que lo fundamental es que Yasir Arafat garantice el fin de la violencia palestina.
El mínimo común denominador de ambas tendencias es el apoyo a la reciente iniciativa del príncipe heredero saudí, Abdalá Bin Abdelaziz, que promueve el reconocimiento del Estado de Israel por todos los países árabes si las tropas hebreas se retiran a las fronteras anteriores a 1967.
La UE expresó anoche el deseo de que la cumbre de la Liga Árabe, que se celebrará el 27 y 28 de marzo en Beirut respalde y dé un impulso decisivo a esta iniciativa. En ese contexto, insiste en que el líder palestino, Yasir Arafat, recupere la libertad total de movimientos y pueda trasladarse a la capital libanesa.
Estas recomendaciones de los Quince se basan en su reiterada convicción de que no puede haber solución militar para este conflicto y de que la única solución posible pasa por la creación de un Estado palestino, viable e independiente, y por el derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de marzo de 2002