De la información recogida en la prensa parece deducirse que quedan derogadas las controvertidas tarifas por las que los afectados deberíamos pagar a la Comunidad unas cuotas establecidas en función del nivel de renta per cápita en la unidad familiar.
Aunque estas cuotas queden ahora anuladas, los centros de disminuidos psíquicos no serán gratuitos hasta que los precios establecidos por la Comunidad de Madrid en los contratos con los centros cubran el 100% de los costes reales que tienen estos centros. En la actualidad, y en mi caso particular, sólo está cubierto el 60% aproximadamente de los costes reales, por lo que continúo abonando unas importantes cantidades mensualmente para garantizar la supervivencia del centro y la atención a mi hija.
Espero que, como en otras comunidades del Estado y en otros Estados de la Unión Europea, la Comunidad de Madrid se haga cargo de los gastos totales de atención a nuestros disminuidos psíquicos y no sólo por unos importes que no se corresponden con la realidad.
Entonces, y sólo entonces, será cuando podremos celebrar todos que los centros de disminuidos psíquicos de la Comunidad de Madrid son totalmente gratuitos y que, por fin, ha desaparecido la discriminación con la que nuestra sociedad ha tratado a los afectados por una de las enfermedades más terribles que pueda sufrir el ser humano y para la que hoy no hay cura ni la habrá hasta que en nuestro país no se cree un instituto para la investigación de las causas del autismo y de las terapias para su curación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de marzo de 2002